lunes, 28 de julio de 2008

Recuerdos frágiles

Hoy recordé una de las cosas que hablaba con la niña del pasillo, lo cual me llevo a pensar que tras no encontrar alguna inspiración externa viva puedo hablar de la nacida infante muerta.










Varias noches despertaba entre eso de las dos y las cuatro de la mañana a veces incluso un poco mas tarde esta pequeña niña con su llanto que entre suspiros y sonidos lastimosos incomodaba el gran trabajo que podía resultar continuar durmiendo.

Lugo de un par de semanas y de haber vuelto a los trabajos nocturnos note que esta pequeña niña a ratos espiaba.

Intentar hablar con ella, por mas que lo intente se volvía cada vez una meta mas inalcanzable lo cual eventualmente me llevo a hacer costumbre el trabajar siendo espiado por ella e intentar no prestarle atención para no asustarla, ya que su corrida al living de la casa cuando lograba cazarla con una ojeada no solo me obligaba a soltar un par de carcajadas y perder toda la concentración alcanzada sino que también me significaba un pacto inviolable a escuchar sus llantos y sentir como la angustia se apoderaba de esa esena en la película de mi vida.

Fue una noche cuando ya finalizado mi trabajo, yo dispuesto a acostarme y solo cuando ella quiso. Solo cuando pasado un buen tiempo de espiar molestar y llorar se sintió con la suficiente confianza y seguridad (tal vez por mi cansancio) de acercarse y decir…

Puedo preguntarte algo?

Mañana… Ahora estoy cansado…

A la noche siguiente antes de comenzar con la rutina de trabajo nocturno, a mi lado esta niña me sonríe, ya con mas confianza pero aun así con vestigios de duda y preocupación.

Le pregunte a la niña que era lo que deseaba saber y para mi sorpresa ella pregunta:

Soy un fantasma?

Es que creo que lo soy… pero… no me acuerdo de haber estado viva alguna vez, no recuerdo nada antes de llegar aquí y si soy un fantasma no se que pasa…

Por razones claras, me fue imposible dar alguna solución definitiva o una respuesta que la provocase en ese momento.

Además, en vista de la gran preocupación de esta niña, no quise siquiera comentarle que una de las posibles razones de no tener recuerdo alguno seria que su cerebro probablemente yacía muerto junto con su cuerpo en algún lugar.

Este fue el comienzo de un gran rompecabezas hecho tal vez especialmente para una persona con problemas existenciales.

Incontables dudas y posibilidades surgieron, con el paso del tiempo muchas de estas fueron discutidas con la niña que a su vez se encariñaba un poco mas con su “vida”…

Claro…

Su vida…

Puede sonar extraño pero, existía, recordaba, tenia emociones y mas importante aun…

Un motivo.

Mi fantasmagórica amiga al comprender esto… murió…

El existencialismo puede ser tan cruel como la vida, pero tan fascinante como la existencia.

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