domingo, 10 de agosto de 2008

02















Eduardo, luego de esa trágica noche, tras intentar explicar a las autoridades lo sucedido, fue internado en una clínica siquiátrica.

Durante los cuatro meses que duro su permanencia en esta clínica, Eduardo solo pudo recuperar algo de cordura aferrándose a las drogas y llegando a creer que todo lo pasado no había sido mas que una enfermedad mental que lo hizo imaginar cosas y dañarse a si mismo culpando mas tarde a sus alucinaciones.

A pesar de esto, Eduardo cada noche miraba su mano y recordaba, sin poder olvidar la cara de ese niño el cual en tan solo un par de minutos le había quitado todo menos la vida, ya no tenia trabajo, posiblemente no se le dejaría volver a ver a su hijo y peor aun ya no estaba seguro de si pudiese volver a vivir de forma natural.

Al volver a casa, todo parecía normal, una pequeña mancha de sangre donde perdió su dedo era todo lo raro que se podía ver.

Esa misma noche Eduardo se dispone a dormir, cuando nuevamente los destrozos en su casa comienzan, Eduardo muerto de miedo se toma la cabeza dispuesto a gritar, pero por alguna razón se detiene y piensa, he perdido todo ya, no temo morir, si son alucinaciones debo hacerlas desaparecer, si no son, prefiero que me maten ahora antes que vivir atormentado por siempre.

Corre hacia el living de su casa, enciende la luz y se encuentra con un hombre de su estatura, vestido formal, tes blanca, ojeroso, notoriamente llevaba días sin dormir, este hombre al verlo se hace con un cuchillo y se abalanza hacia Eduardo, lo toma por el cuello con una mano y firmemente lo presiona en contra de la pared diciendo, tu le perteneces, así como yo también.

No seas estupido, no te opongas, lo único que conseguirás es desear la muerte.

Al mismo tiempo que pasa el cuchillo cerca de los ojos de Eduardo, quien temblando pregunta…

A quien?

El hombre se pone histérico, comienza a gritarle a Eduardo, cada vez mas fuerte, su cara comienza a ponerse roja, a causa de la fuerza con la que grita, mas y mas fuerte, de su boca comienza a salir sangre y manchar a Eduardo, el hombre no se detiene, continua gritando con esa descomunal fuerza y salpicando sangre, Eduardo en shock intenta safarse, sin conseguirlo, la cantidad de sangre que salpica el hombre comienza a ser demasiada, al mismo tiempo, Eduardo siente como el paso de aire se va cerrando, la fuerza del hombre aumenta, siente como su cuello en cualquier momento puede romperse, lo único en lo que piensa es que que su agresor se desmaye o muera a causa de la perdida de sangre, la cual a esas alturas ya empapaba sus ropas, el hombre a causa de la gran cantidad de sangre en el suelo se resbala soltando a Eduardo, quien aprovecha la ocasión para salir corriendo fuera de su casa, el hombre corre tras el, tambaleándose y babeando sangre, Eduardo corre desesperadamente sin dirección alguna, en lo único que puede pensar es en correr, correr por su vida, correr como nunca antes lo había hecho.

Horas mas tarde, luego de haber escapado y pensado largo rato lo sucedido, entiende que no puede recurrir a las autoridades, ya que en ese caso seria internado nuevamente y mas aun si llegase cubierto de sangre, por lo cual pasa la noche en un callejón cerca de casa y regresa a la mañana siguiente.

Al llegar se da cuenta de que la puerta aun esta abierta, nadie se percato del gran caos que se había desarrollado la anterior noche, sigilosamente ingresa a casa, con total cuidado, atento a todo lo que pudiese ocurrir, ingresa solo lo suficiente como para tomar un cuchillo y su libreta.

Es cuando nuestro protagonista decide ir en busca de aquel extraño niño, a través del cual comenzó su nueva vida, la que no tiene futuro ni dirección alguna que no sea la muerte o la locura.

Eduardo llega a la dirección que tenia anotada, siente el temor de la gente que lo ve al pasar, claro, un hombre lleno de sangre seca caminando por ahí con un cuchillo en la mano no es algo que se vea todos los días.

La puerta de aquella casa se encontraba abierta, por lo que Eduardo entra cuidadosamente.

Ve al hombre de la noche anterior, tirado de espaldas en el suelo.

El hombre parece inconciente, por lo que Eduardo se acerca para quitar el cuchillo de su mano, al hacerlo se da cuenta de que no solo ya no tenia el cuchillo.

Le faltaba el meñique izquierdo.

Eduardo bruscamente se hecha hacia atrás al ver esto, sin darse cuenta golpea un macetero, el cual cae y se rompe. El sonido despierta al hombre, quien al ver a Eduardo intenta gritar sin conseguirlo.

El daño en su garganta es serio al parecer, el hombre en el suelo aterrado, sin poder gritar, hace muecas de dolor, al ver su mano vuelve su vista hacia Eduardo y comienza a llorar.

Eduardo mira fijamente al hombre y le dice:

Creo que tu también le perteneces.

Veo que nada sabes, al igual que yo.

Ahora lo mejor es que me marche, la gente en la calle ha de haber llamado a las autoridades y yo no estoy en una buena posición para hablar con ellos.

Mientras habla con el hombre este se desmaya…

Eduardo al ver que ya no esta siendo escuchado, rápidamente se lava la cara, se viste con ropa limpia que encuentra en la casa del hombre y se marcha por el patio trasero.

El hombre, despierta mas tarde en la camilla de un hospital.

Comienza a llorar desconcertado y pensando en:

Que mierda le esta pasando…

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Bueno, ese fue nuestro segundo episodio.

Espero le haya gustado.

Disculpen la tardanza, el equipo de yo solo trabaja lo mas rápido que puede.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yapos wn termina la hitoria hace komo mil kinientos ochorrociento noventa y cinko mil kuatrocientos sesenta y trascientos noventa y treinta ke no subes nah al blog -.-